¡Hacemos Teatro!

Cuando pensamos en el teatro, no sólo hay que pensar en el teatro para adultos. Cadía nos encontramos con un mayor interés por parte de lo más pequeños hacia esta modalidad de representación.

El lenguaje que se utiliza en los teatros, los escenarios donde se recrea la obra o los guiones, consiguen transmitir sentimientos y valores hacia el público infantil, transformandose de este modo en una gran herramienta educativa para los niños. El niño conecta con el mundo del Arte, fomentando la sensibilidad estética, la reflexión y la capacidad de emocionarse, además de convertirse en un recurso para ver la realidad má inmediata. Asimismo el teatro pertimte, que los niños y niñas estimulen la imaginación, la creatividad y el pensamiento, ya que puede haber partes en la obra que estén descontextualizadas y los peques tendrán que imaginárselas o recrearlas en su mente, al igual que deberán de entender lo que quiere decir la escenificación. Al mismo tiempo mediante el teatro, se puede trabajar otros campos como la literatura, la música, la pintura, la danza y el canto. Por otro lado, en el teatro se ejercita las áreas de la atención, la percepción auditaiva y visual, además de aportar una riqueza artística y cultural. Las obras de teatro, siempre deberán estar dirigidas hacia su edad, teniendo una trama sencilla, lineal y adapatada a su comprensión, para que pueda haber por parte de ellos una mayor atención e interés.

Pero no nos encontarmos el teatro sólo, como una actividad en la que el niño se encuentra en frente visualizando la escena, sino que también el niño puede realizar teatros. Es decir, los más pequeños pueden escenificar pequeñas tramas y de este modo ver lo que se siente siendo parte del teatro. Mediante este ejercicio el niño interpreta una historia, trabaja en grupo y se divierte, descubriendo que es la constancia del trabajo. Por medio de estas representaciones, los niños se podrán poner en el lugar del otro desarrollando además, la expresión verbal y corporal. Otros aportes importante por parte de las representaciones de los más peques, son el trabajo de la capacidad mental y la agilidad de ésta. La memoria se convierte en un punto importante a tratar, ya que será necesario que los niños retengan los diálogos, para que recuerden la parte del texto que les toque representar. Relatar esos coloqios les ayudara a mejorar su dicción, concentración y pensamiento. Teniendo en cuenta, el esfuerzo que supone para ellos el representar una obra aunque no sea demasiado extensa, la edad más apropiada sería a partir de unos cinco años, ya que es necesario la lectura; aunque la maestra podría indicarles las frases y que ellos las retengan, trabajando así la memoria.
El teatro es por tanto un recurso para estimular el aprendizaje de los niños, que los atrae hacia la diversión y se convierte en una actividad motivante para llevar a cabo.